La posibilidad de postular un candidato extrapartido en las próximas elecciones presidenciales, es una de las hipótesis que se plantean grupos del PRD que prefieren por el momento el anonimato, como fórmula para resolver las diferencias internas en esa organización.
Argumentan que el fenecido líder de esa organización, doctor José Francisco Peña Gómez hizo un planteamiento similar cuando el PRD tuvo una de sus crisis y visitó a personalidades, entre ellas al director del Listín Diario Rafael Herrera para ofrecerle la nominación presidencial del partido blanco.
Además, que cuando el PRD se dividió en 1990 por las diferencias entre Peña Gómez y el licenciado Jacobo Majluta, ambos mostraron su disposición de postular por sus respectivas organizaciones al ex presidente Juan Bosch. Eso fracasó por el rechazo de Bosch.
Al PRD fraccionarse en el 1990, Peña Gómez se quedó con la franquicia y Majluta fundó el Partido Revolucionario Independiente (PRI).
Los propulsores de la idea de un extrapartido alegan asimismo que Peña Gómez y Majluta eran líderes con mayor arraigo en las bases, dirigencia del PRD y en diferentes sectores sociales que el ingeniero Miguel Vargas Maldonado y el expresidente Hipólito Mejía.
Los perredeístas pro-extrapartido argumentan que son insalvables las diferencias entre Vargas Maldonado y Mejía para propiciar una unidad en la entidad opositora.
Mejía como Vargas Maldonado se han declarado como jefe de la oposición al gobierno del presidente Danilo Medina, con el propósito de apuntalar sus aspiraciones futuras.
Razonan esos perredeístas preocupados por su organización que ninguno de los dos garantizan el triunfo en la próxima consulta electoral.
Uno de sus argumentos es que cualquiera que resulte electo, el otro le va a torpedear para que no salgan triunfante en las elecciones.
Además, que nada han servido las mediaciones de amigos comunes de Vargas Maldonado y Mejía para sentarlos y hacerles comprender el peligro que representa para el futuro del PRD las discrepancias que aún mantienen.
El problema para los de la hipótesis extrapartido es que Vargas Maldonado y Mejía controlan abrumadoramente la mayoría de la dirigencia media y baja del PRD.
Además, que los liderazgos emergentes les falta una mayor proyección, crear más confianza a lo externo e interno del PRD para generar apoyo de personas independientes.
Al local principal del PRD, en la avenida Winston Churchill, sólo pueden ingresar los seguidores de Vargas Maldonado.
UN APUNPE
Nadie se jubila en PRD
Uno de los problemas del PRD es que nadie se jubila. La mayoría de su dirigencia se cree insustituible. No quieren dar paso a nuevas generaciones. Esas críticas las ha formulado el aliado del PRD y expresidente del Gobierno español Felipe González, pero no se le ha hecho caso.
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