PUERTO PRïNCIPE, 06 Oct 2014 (AFP) – El gobierno de Haití se pronunciará este lunes sobre la celebración de funerales de Estado por el exdictador Jean-Claude ‘Baby Doc’ Duvalier, un asunto controvertido que dejó consternadas a las víctimas de ‘Baby Doc’, quien ejerció 15 años el poder con mano de hierro en este empobrecido país del Caribe. “Debe ser un funeral de Estado, es lo que exige el protocolo, porque es un exjefe de Estado”, dijo a la AFP Lucien Jura, portavoz del presidente Michel Martelly.
“Pero no sabemos aún si se tomará la decisión de poner banderas a media asta y decretar duelo nacional”, comentó sin precisar la fecha del funeral de Duvalier, fallecido el sábado a los 63 años de un ataque cardíaco. Las víctimas del dictador verían con malos ojos semejante decisión, pero la administración de Martelly es considerada como cercana a figuras de la era Duvalier.
El presidente rindió tributo al exdictador este sábado al escribir en Twitter que era “un auténtico hijo de Haití”. “Parece que económicamente la vida era menos difícil cuando él éstaba en poder”, estimó Jean-Louis Vilbin, un desempleado de Pétionville (oeste), quien como muchos otros haitianos se muestra bastante indiferente a la muerte de Duvalier. Sin embargo, celebrar las exequias del exdictador con un funeral de Estado irritaría a miembros de la oposición y a las víctimas y sus familiares, quienes recuerdan el brutal régimen y las persecuciones que sufrieron durante la era Duvalier.
“En el plano moral, no tiene derecho a funerales nacionales. Era un dictador que hizo mucho daño al país”, dijo el exalcalde de Puerto Príncipe Evans Paul, antiguo opositor a Duvalier. “Pero si la ley quiere que tenga funerales nacionales, tenemos que hacerlo”, añadió.
La decisión en torno a los funerales es apenas una más de las controversias que existen en Haití, donde a fin de mes están previstas elecciones legislativas y municipales, postergadas durante más de tres años. Pocas señales de la organización de las elecciones podían percibirse este lunes en el país.
La votación ya fue postergada en varias ocasiones y muchos legisladores llegan al término de su mandato. Si, por una razón u otra, las elecciones no llegan a celebrarse, el presidente Martelly deberá gobernar por decreto, lo que no ayudaría precisamente a olvidar a Duvalier.
Los donantes internacionales y las Naciones Unidas, que siguen disponiendo de una fuerza de mantenimiento de la paz y un importante programa de ayuda en el terreno, presionan para que los comicios se realicen como estaba previsto, pero gobierno y oposición no han logrado ponerse de acuerdo en una ley electoral.
- Duro golpe para la justicia de Haití -
La sorpresiva muerte de Duvalier significa un duro golpe para la justicia haitiana, que había iniciado diversas causas judiciales contra el exdictador, quien ya no podrá ser juzgado. Washington reclamó que, a pesar de su muerte, se haga justicia por los “crímenes contra la humanidad” en Haití, según la portavoz del departamento de Estado Jennifer Psaki. “Apoyamos el principio de responsabilidad por crímenes contra la humanidad y violación de los derechos humanos, sean quienes sean sus autores”, agregó.
“La muerte de Duvalier priva a los haitianos de lo que podría haber sido el juicio por derechos humanos más importante de la historia del país”, lamentó el sábado la organización de defensa de Derechos Humanos Human Rights Watch. La enviada especial de la ONU en Haití, Sandra Honoré, estimó que los procesos judiciales abiertos deben continuar. El exdictador -apodado ‘Baby Doc’- heredó en 1971 el poder de su padre, François Duvalier, a los 19 años y se declaró presidente vitalicio antes de ser derrocado en 1986 por una revuelta popular apoyada por la comunidad internacional.
Se estima que unas 30.000 personas fueron asesinadas durante la era de los Duvalier. Tras un exilio de 25 años en Francia, ‘Baby Doc’ eligió el primer aniversario del devastador sismo de 2010 para regresar a Haití como simple ciudadano. “Vine para ayudar”, declaró a su llegada a Puerto Príncipe el 16 de enero de 2011. Desde su arribo, comenzaron a multiplicarse las denuncias en su contra: arrestos ilegales, torturas, encarcelamientos arbitrarios, exilio forzado de los opositores y malversación.
Para satisfacción de las víctimas y de organizaciones de lucha por el respeto de los derechos humanos, un juez de instrucción abrió en febrero una investigación que habría desembocado en un juicio contra Duvalier por crímenes contra la humanidad.
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