“Cualquier cosa que afecte a una institución que ha sido capital en la transición española (a la democracia) y que es capital para el prestigio de España en el exterior causa enorme preocupación en el gobierno”, dijo el canciller José Manuel García-Margallo.
Como todos los días Cristina, de 47 años, acudió a trabajar como cada mañana a su puesto en la Fundación La Caixa en Barcelona un día después de que el juez la citase a declarar en calidad de imputada para aclarar su conocimiento del presunto escándalo de malversación de fondos públicos que afecta a su esposo Iñaki Urdangarín.
Aunque no hizo declaraciones, Mario Pascual Vives, abogado de Urdangarín, admitió que la infanta está preocupada.
“He visto a ambos (el matrimonio) muy unidos contra la adversidad, de lo que pase ahora y pueda pasar en el futuro”, señaló Pascual Vives, quien también desveló que no representará legalmente a la hija de Juan Carlos y Sofía.
El príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, heredero de la corona y hermano de la infanta, no se refirió directamente al caso. Pero en la entrega de despachos a 230 nuevos jueces declaró su total “confianza” en la labor que desempeña la justicia.
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