FILADELFIA, PA--"Las autoridades municipales y estatales estan en el deber de salvar de alguna manera el sistema educativo publico de la ciudad fraterna, de no hacerlo estaria en juego su futuro como funcionarios electos".
El Distrito Escolar de esta ciudad publicó el 24 de abril una propuesta para rescatar la educación pública, que incluye el cierre de 40 escuelas, y para evitar un déficit presupuestal que podría superar los mil millones de dólares en un par de años.
“La estructura actual no funciona”, dijo el abogado Pedro Ramos, presidente de la Comisión de Reforma Escolar (SRC). “No es fiscalmente sostenible y no produce escuelas de calidad para todos los niños”.
El déficit de $186 millones al inicio del año ha aumentado a $218 millones para el 2013, y si no se toma acción, podría superar los $1,1 mil millones para el 2017.
“El Distrito Escolar ha llegado a un punto en que o logra la sostenibilidad financiera y el éxito para proveer escuelas seguras de alta calidad, o se convierte en un programa de asistencia pública”, dijo Ramos.
Pese a las cifras rojas, el nivel académico de los estudiantes ha mejorado, pero está lejos de ser siquiera satisfactorio.
En una escala de cien, el promedio en lectura aumentó de 40,6 en el 2007 a 51,6 en el 2011; el de matemáticas de 44,9 a 57,8.
“Han habido mejoras, pero no son suficientes”, dijo Tom Knudsen, jefe de recuperación del distrito escolar.
El plan, que aun debe ser aprobado por la SRC y sujeto a comentario público, pretende cerrar paso a la inseguridad y el bajo rendimiento en las escuelas administradas por el distrito, para abrir camino a la expansión de escuelas charter —administradas por agentes externos.
Además, el establecimiento de “redes” de 20 a 30 escuelas, con retos y necesidades similares, que serían administradas por empleados del distrito, agencias externas u organizaciones no lucrativas.
El distrito prevé que el porcentaje de alumnos inscritos actualmente en escuelas charter aumente del 25 por ciento al 40 por ciento para el 2017.
Destaca la reducción del tamaño de la oficina central, para darle mayor autonomía a cada escuela. El personal del distrito, que ya había sido reducido a la mitad en 2011, pasaría de unos mil empleados, que tenía hace un par de años, a tan solo 200.
Algunas escuelas tendrían autonomía total respecto al currículo, seguridad, presupuesto y horario de clases. Otras contarían con apoyo moderado para ejercer dicha autonomía. Y otras más recibirían apoyo intenso e individualizado de acuerdo a sus necesidades.
Pero cada una de ellas sería responsable por la seguridad y desempeño académico de los estudiantes, y podrían enfrentarse al cierre si no logran resultados.
Actualmente solo el 67 por ciento del espacio de los planteles es utilizado, y las operaciones de cada escuela cuesta unos $850.000 dólares al año. El cierre permitiría ahorrar unos $33 millones por año. Con estos y otros cambios, el distrito pretende acabar con el déficit en los próximos cinco años.
La cifra más alarmante es el índice de graduación del 61 por ciento entre estudiantes de ‘high school’ en un periodo de cuatro años. Peor aun entre varones hispanos; solo la mitad se gradúa.
“El sistema educativo se ha derrumbado. Tenemos escuelas en el barrio donde ni el 25 por ciento de los muchachos son competentes”, dijo la concejal María Quiñones-Sánchez, del Distrito Siete. “Creo que ésta propuesta va a abrir oportunidades, pero habrá que ver los detalles”.
Diversas organizaciones expresaron su preocupación ante la propuesta del distrito. Particularmente por la posible marginalización de estudiantes en escuelas charter.
“De por sí, este es un gran problema en el distrito escolar tal como está”, dijo Cynthia Crespo, de Youth United for Change (YUC).
“He visto la forma en que esto se llevó a cabo en Nueva York. No hubo responsabilidad ni equidad, y no quiero ver que pase lo mismo aquí”, dijo Hiram Rivera, director de Philadelphia Student Union (PSU), quien trabajó para Urban Youth Collaborative en la gran manzana cuando el alcalde Michael Bloomberg implementó un plan similar.
“Tomando en cuenta los recortes masivos de fondos, no sé cómo es que las organizaciones externas van a tener la capacidad de administrar 20 o 30 escuelas”, dijo Andi Pérez, directora de YUC.
Por su parte, el alcalde de Filadelfia, Michael Nutter, aprovecho el anuncio para promover su nuevo plan de impuesto de propiedad, el cual —argumentó— proveería unos $90 millones adicionales para el Distrito Escolar.
“Si no tomamos acciones significativas, el sistema se va a colapsar”, dijo Nutter. “Si les interesan los niños, y les importa la educación y el futuro de la ciudad, esto es lo que tenemos que hacer”.
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