Esta semana se detectó otro punto en Tokio. Pero, ¿hay manera de traducir las complicadas medidas que usan los científicos para que podamos entender el riesgo?, se pregunta Michael Blastland, de BBC Magazine.
Qué cosa peculiar, la radiación, ¿no?
Sería mucho más fácil entender si nuestra exposición a los peligros de la radiación es reducida a algo como los bananos. En realidad, se puede, en cierta medida: bienvenidos a la Dosis Equivalente en Bananos o DEB.
Los guineos son una fuente natural de isótopos radiactivos. Es cierto que no hay muchos en un guineo. Pero son suficientes como para que unos cuantos racimos activen los sensores de radiación que hay en los puertos de Estados Unidos para detectar el contrabando de material nuclear, según la Iniciativa contra la Amenaza Nuclear, un centro de estudios sobre seguridad.
La medida estándar de los efectos biológicos de la radiación es el sievert. Un sievert es una dosis gigantesca, pero una décima parte de una millonésima de un sievert -0,1 microsievert- es más o menos la dosis que se ingiere al comer un guineo.
Por lo tanto, podemos utilizar un guineo como unidad básica y convertir otras exposiciones a la radiación en las correspondientes guineos. Los datos de la tabla vienen de aquí (en inglés). No garantizo haberlos revisado.
Pero ¿por qué molestarse en convertir todo esto a guineos? En parte porque es de esperar que los DEB sean más amigables que los sieverts, grays, rads, rems y demás parafernalia.
Aunque no a todos les gustan los DEB, a causa de los problemas que supone medir los cambios en el nivel de exposición a la radiación de un guineo a medida que pasa por nuestro cuerpo.
Pero creo los DEB son útiles por varias razones. En primer lugar, nos recuerdan que la radiación es un lugar común. Hay pocas cosas más comunes que un guineo.
En segundo lugar, sabemos que comer un guineo no nos va a matar. Ni remotamente. No sin violencia extrema. Esto confirma una vieja teoría sobre la toxicidad: el peligro está en la dosis.
En otras palabras, la mayoría de las cosas, incluida la radiación, sólo son peligrosas en grandes cantidades. La distinción entre lo tóxico y lo seguro no es realmente una distinción de grado, sino de cantidad. Esto es válido para casi todo, desde el agua y las vitaminas hasta el arsénico.
UN APUNTE
PELIGRO
Los autores del estudio destacaron que la mayoría de las cosas, incluida la radiación, sólo son peligrosas en grandes cantidades, por lo que se necesitaría comer al menos 20 millones de guineos para acumular una dosis radiactiva grave capaz de producir un envenenamiento o incluso la muerte.
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