Radio Onda Azul de Puno informó que unas 300 personas ingresaron a la pista de aterrizaje del aeropuerto internacional Inca Manco Capac, 830 kilómetros al sureste de Lima, y quemaron el césped aledaño a la pista de aterrizaje. No se produjeron choques con las fuerzas de seguridad.
El viernes algunos manifestantes destrozaron instrumentos técnicos de navegación del aeropuerto, que según el gobierno costará unos dos millones de dólares reemplazar.
El sitio de Internet del diario Los Andes de Puno informó que ejército fue convocado para reforzar la protección de la torre de control del aeropuerto y que la policía amenazó a los manifestantes con usar bombas lacrimógenas si no se retiraban del lugar.
Las manifestaciones en Puno relacionadas con problemas medioambientales comenzaron el 9 de mayo y se multiplicaron por toda la región. El viernes el gobierno nacional dio solución parcial a diversas demandas, pero la muerte de los seis manifestantes provocó la reanudación de las protestas ayer. El presidente Alan García, cuya gestión culmina el 28 de julio, dijo sin especificar que “intereses políticos que exigen una parte del poder” eran gestores de las protestas en la región de Puno, fronteriza con Bolivia. Sostuvo que las protestas no amenazaban su gobierno sino al de su sucesor Ollanta Humala. “Es inocultable que esto no es un tema en contra del gobierno que termina en 30 días”, dijo a periodistas desde la casa de gobierno. Agregó que “como presidente colaboraré para que la calma vuelva y nadie quiera presionar a un gobierno legítimamente elegido.
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