Los Veintisiete, que ya tienen un acuerdo político para vetar las importaciones de petróleo iraní, buscan dar garantías a Atenas de que su maltrecha economía no se verá golpeada por la puesta en práctica de la decisión. Grecia es el estado europeo con mayor dependencia del crudo procedente de Irán, especialmente porque el país persa no le exige garantías financieras a cambio del suministro.
El objetivo griego es asegurarse de que podrá comprar petróleo a otros productores en unas condiciones similares, algo que resulta complicado por la delicada situación financiera del país. Según una fuente comunitaria, “hay una buena voluntad” por parte de varios productores de crudo para ofrecer un arreglo que satisfaga a Atenas, pero no hay tiempo para cerrar nada concreto de aquí al lunes.
“Tenemos que encontrar una forma de dar a Grecia garantías de que todo se arreglará para que dé luz verde”, explicó esa misma fuente en referencia a la reunión que los ministros de Exteriores del bloque celebrarán el lunes en Bruselas y donde los Veintisiete quieren aprobar la aplicación del embargo.
Según aseguró, el resto de Estados miembros son conscientes de que las sanciones al crudo iraní podrían suponer “una nueva carga a las finanzas griegas” y, por ello, hay “voluntad política” para encontrar una solución.
Los embajadores comunitarios mantendrán una última reunión en la mañana del lunes. Si de ella no sale un acuerdo, el asunto llegará aún abierto a la mesa de los ministros. Salvo Grecia, el resto de países han dado ya el sí a un embargo que, según la versión actual de los textos, prohibiría inmediatamente cualquier nuevo contrato petrolero con Irán y daría de plazo hasta el 1 de julio para poner fin a los ya existentes.
Los otros dos países europeos que importan grandes cantidades de crudo iraní, España e Italia, han dado el visto bueno a la fórmula, según fuentes diplomáticas.
En el caso español, ni siquiera se consideraría un problema adelantar la fecha del 1 de julio, aseguraron las mismas fuentes.
En paralelo, los Veintisiete aprobarán el lunes nuevas sanciones económicas contra Teherán, congelando buena parte de los activos del banco central iraní y, posiblemente, de alguna otra institución financiera. Según el acuerdo de principio cerrado ayer, no se prevé un bloqueo completo al banco central, pues se incluye una provisión para permitir que “el comercio legítimo” continúe y para que la deuda iraní pendiente pueda ser pagada a los países europeos, informaron fuentes diplomáticas.
Todas las medidas tienen como objetivo presionar al régimen y dificultar la financiación de su programa nuclear, que la comunidad internacional sospecha que tiene fines militares. Mientras endurece su política de sanciones, la UE mantiene al mismo tiempo la puerta abierta al diálogo, y así lo confirmarán el lunes los ministros de Asuntos Exteriores. Los representantes de los Veintisiete aprobarán un documento en el que expresarán su disposición a celebrar una nueva ronda de diálogo sobre el dossier nuclear siempre que Irán dé muestras de querer una conversación seria respecto al asunto, explicó hoy una fuente europea.
UN APUNTE
Sarkozy azuza
PARIS. EFE- El presidente francés, Nicolas Sarkozy, reclamó hoy “un régimen de sanciones más estrictas” contra Irán para que renuncie a su programa nuclear, y consideró que eso es lo único que puede impedir “la guerra” en Oriente Medio y tal vez fuera de esa región.
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