La presencia del vocero del Papa, padre Federico Lombardi, quien quería reunirse con los manifestantes, suscitó gritos y ululatos entre los presentes, en su mayoría personas de más de cincuenta años y víctimas de abusos sexuales por parte de religiosos.
Ante el estruendo, el portavoz se alejó inmediatamente.
El padre Lombardi contó que había bajado para “saludar a los organizadores, pero me fui porque no estaban y no venía al caso que permaneciera”.
Los representantes de las víctimas “no me han pedido nunca que los reciba”, explicó, “yo fui a buscarlos y si lo desean estoy dispuesto a recibirlos”, agregó.
Numerosas víctimas de sacerdotes pedófilos, procedentes de unos 13 países, se congregaron “a las puertas” del Vaticano a pedido de la asociación italiana de víctimas del Instituto Antonio Provolo para niños sordomudos y de víctimas de Estados Unidos,
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