Es así de simple. No hay que pensarlo demasiado. Aun después de todo lo que ha salido mal en los dos últimos juegos de la final de la Conferencia Este contra el Miami Heat --que le ha recetado a los Bulls sus primeras dos derrotas consecutivas desde febrero--, Chicago sabe que puede recuperarse si gana el cuarto encuentro en Miami hoy por la noche.
El problema es que los jugadores del Heat también conocen esa situación, ya que tuvieron las mismas sensaciones después de caer en el primer juego en Chicago.
"Todo lo que hemos hecho hasta ahora es realizar exactamente lo que ellos hicieron en casa", dijo el entrenador del Heat, Erik Spoelstra, tras la práctica del lunes. "Ellos ganaron el primer juego en casa y tenemos que encontrar una manera en un juego de control de balón de salir victoriosos nuevamente mañana por la noche. No va a haber una posesión de balón fácil en esta serie".
Chicago puede servir de testigo para este último punto.
Se sabía que la defensa iba a predominar en esta serie: los Bulls y el Heat terminaron primero y segundo en la liga en defensa de tiros de campo. Chicago logró un total de 160 puntos en los juegos dos y tres, su total más bajo en dos partidos en la temporada, y la clave ha sido la presión sobre Derrick Rose, Jugador Más Valioso de la NBA. Rose acertó 15 de 42 tiros de campo en estas dos últimas derrotas de Chicago.
El Heat quiere que Rose intente ganar solo. Después de todo, el no querer tener una sola opción estelar --y sólo una-- fue la razón principal por la que Dwyane Wade, LeBron James y Chris Bosh se unieron antes de esta campaña en la soleada Miami.
"Hay una razón por la que estamos jugando juntos", comentó Wade.
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