“Mi objetivo era informar acerca de la Revolución y de Castro- qué tipo de personaje era, de dónde venía y cómo se formó su carácter.
Pero también quería hablar de los problemas que generó el proceso revolucionario, como el papel de los artistas o la restricción de la libertad de prensa”, señala Kleist (Colonia, Alemania, 1970), en una entrevista con Efe.
“Quería retratar a Castro, ese hombre tan diferente de todos nosotros. ¿Cómo se convirtió en el hombre que hay detrás de la barba y el uniforme? También intento describir la fuerza y belleza que hay en cada revolución, como hemos podido comprobar recientemente en los países árabes.
Los problemas se producen más tarde, cuando llega el momento de lidiar con el poder”, apostilla el autor.
La historia arranca en el aeropuerto de La Habana. Corre el mes de octubre de 1958 y el periodista Karl Mertens llega a la isla con toneladas de curiosidad. Su objetivo es entrevistar a un joven revolucionario, líder de un ejército improvisado, que se esconde en las profundidades de la Sierra Maestra.
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