Al talento histrónico de Wilson, (quien se aleja de cualquier noche de museo imaginada), Allen une un elenco que incluye a Rachel McAdams, Michael Sheen, Marion Cotillard Adriana y Kathy Bates, y que en el etcétera incluye la primera dama de Francia, Carla Bruni, en un destello que opera como plato de miel para los ojos del cineasta de instintos primitivo.
Magia y tiempo
Owen Wilson. El actor interpreta a Gil, un guionista californiano, quien viaja a París buscando la inspiración en la urbe que durante los años veinte fue refugio y vivero intelectual de artistas de la talla de Ernest Hemingway, Pablo Picasso, Scott Fitzgerald, Salvador Dalí o Luis Buñuel. En la Ciudad de la Luz, por el encanto que sólo es posible en el cine se encontrara con todos esos escritores y artistas, en un simil del encanto de la Cenicienta ingresa a un mundo no posible en el tiempo y que recrea a estos personajes, produciendo en el deleite de la imaginación la rica conversación trascendente, sólo posible en la boca de cada una de estas personalidades.
Fenómeno taquillero
Habrá que estudiar cuales factores han producido la fuerza taquillera de esta Medianoche en París. El público, sin importar días de semana, persigue las boletas, espoleado por las presiones infalibles del “boca a boca” y el prestigio de Allen como director cinematográfico excepcional que no requiere de especiales efectos. La ciudad de París, con sus múltiples detalles de luz y arquitectura, se transforma en el gran personaje de fondo, a lo que se suma una banda sonora ajustada y precisa. La fotografía no requiere comentarios.
UN APUNTE
La forma de verla
Las opciones para ver esta cinta incluye la que probablemente sea la mejor sala VIP de cine del país: Palacio del Cine Blue Mall, donde se hizo una premiere muy concurrida. También se exhibe en Fine Arts, Novo Centro.
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