El ministro de Economía del nuevo Gobierno, Luis de Guindos, calificó los datos de “malos y negativos” y dijo que ponen en cuestión el Estado del bienestar.
De acuerdo a los datos oficiales, a finales de 2011 estaban desempleadas en España 4,42 millones de personas.
El nuevo récord en la cifra de paro -un 7,86 por ciento superior a la de 2010 y el nivel más alto desde que en 1996 comenzó a medirse esta serie histórica- confirma “el deterioro de la situación económica en el segundo semestre del año”, según la secretaria de Estado de Empleo, Engracia Hidalgo.
En proporción a la población activa, a finales de 2011 había cerca de un 22 por ciento de desempleados en España -más de un 45 por ciento entre los jóvenes- tasas sin parangón en la Unión Europea y en los países industrializados.
El dato de desempleo de 2011 se conoce menos de dos semanas después de que Rajoy tomara posesión como jefe de Gobierno asegurando que combatir el paro sería una de sus prioridades.
Para ello, el líder del Partido Popular planteó a los sindicatos y a la patronal la necesidad de acordar una nueva reforma laboral para antes de que termine esta semana.
La secretaria de Estado Hidalgo reiteró hoy que el Gobierno preferiría acometer la reforma laboral “a ser posible” de acuerdo con los agentes sociales, pero advirtió que de no lograrse así, la responsabilidad del ejecutivo es “actuar".
Sin embargo, los dos principales sindicatos, Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CCOO) insistieron hoy en que una nueva reforma laboral no va a contribuir a crear empleo, y que se requiere una política que reactive la economía, ya que sin actividad económica no habrá necesidad de contratar trabajadores.
Junto al imparable desempleo, que es una de las más dolorosas manifestaciones de la crisis en España, el nuevo ejecutivo confirmó hoy los temores de que 2011 acabó sin superávit en el sistema de la Seguridad Social.
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