WASHINGTON. Los demócratas liberales dicen que Barack Obama cedió en el asunto de la deuda gubernamental, los sindicatos están molestos por la forma como ha manejado el desempleo y los hispanos han puesto el tema migratorio en la campaña electoral del presidente. Esta oleada de descontento hacia Obama ha estado marcada por murmuraciones dentro de la base política demócrata en torno a su disposición a dar la pelea a los republicanos en el Congreso y a su enfoque para corregir la economía. Los demócratas liberales, molestos porque Obama llegó a una solución negociada con el Partido Republicano para lograr un aumento en el límite al endeudamiento, le piden ahora que se mantenga firme frente a los republicanos en los últimos meses del año. Desean que Obama impulse una propuesta audaz para crear empleos, marque una línea firme en materia de impuestos y proteja el sistema Medicare de atención médica a los adultos mayores, así como la Seguridad Social. En las últimas semanas las inconformidades entre sus correligionarios y simpatizantes se intensificaron tanto que el mandatario mismo las reconoció durante su reciente gira. “Tengo muchas responsabilidades, lo cual significa que tengo que tomar decisiones que a veces son poco atractivas”, expresó.
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