Iñaki Urdangarín, duque de Palma, no ha sido formalmente acusado, aunque es cuestionado en la corte de esta isla mediterránea sobre si utilizó su posición acomodada para conseguir lucrativos acuerdos para una fundación sin fines de lucro que dirige, y luego haber desviado fraudulentamente parte del dinero para su ganancia personal.
La investigación sobre supuestos delitos financieros ha empañado la imagen de la familia real en un país azotado por la crisis financiera y un desempleo superior al 23%, es una de las peores pesadillas de relaciones públicas experimentada por la casa real en los 36 años del rey Juan Carlos como jefe de Estado.
“Comparezco hoy para mostrar mi inocencia, mi honor, mi actividad profesional. Durante estos años he ejercido mis responsabilidades, he tomado decisiones de manera correcta y con total transparencia", declaró a los periodistas con su rostro tenso.
"Mi intención es aclarar la verdad de los hechos. Estoy convencido que la declaración de hoy contribuirá a mostrarlo", dijo.
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