El intérprete se convirtió en el primer artista en la historia del Festival de Viña en recibir una Gaviota de Platino, la cual le fue entregada por la alcaldesa de Viña del Mar, Virginia Reginato, tras un show de 90 minutos en el que repasó sus grandes éxitos.
Antes, ante el clamor del público, había sido premiado con dos Gaviotas, de plata y oro, y la alcaldesa le entregó en el escenario las llaves de la ciudad, otro gesto inédito en el Festival de Viña del Mar, balneario ubicado 100 kilómetros al noroeste de Santiago.
'Esta ciudad te va a esperar siempre, siempre, para que vengas más seguido, que no pasen tantos años porque te queremos mucho', le dijo Reginato, mientras el cantante agradeció al público 'de todo corazón'.
En lo que fue la velada inaugural del Festival de Viña 2012, Luis Miguel ofreció un show en el que a lo largo de una hora y media cantó sus éxitos románticos en medio de la euforia de más de 10 mil personas que colmaron el tradicional escenario chileno.
Desde las baladas-pop 'Suave' y 'O tú o ninguna', hasta los boleros 'Por debajo de la mesa' y 'No existen límites', la audiencia de la Quinta Vergara coreó las letras con el intérprete, quien se presentó vestido con traje, camisa y corbata negros.
El astro mexicano, considerado por la crítica chilena como el más importante cantante latinoamericano, se esforzó por desquitar en el escenario el millón de dólares que cobró por el show, cifra histórica que nunca se había pagado a un artista en los 53 años del Festival.
El punto negativo fueron los problemas de audio que el mismo cantante se encargó de evidenciar con las constantes señas que hacía a los técnicos encargados del audio, lo que en nada pareció importar al fiel público que acudió a verlo a la Quinta Vergara.
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