IAMI. (BBC Mundo). Roberto Ruiz y Kyle Lewis no tienen
mucho en común. Uno es mexicano, doctor y vive en Miami; el otro es
estadounidense, analista comercial y vive en Virginia. Pero sí hay algo que los
une: son dos jóvenes en Estados Unidos que han decidido no tener un automóvil,
una tendencia que ha obligado a reaccionar a la industria automotriz.
Las razones de Lewis y Ruiz, de 27 y 28 años, son similares. Ambos querían un
cambio tras pasar dos o tres horas diarias al volante en el pasado. Ambos
descubrieron la posibilidad de ahorrar dinero y ambos tienen otros intereses que
consideran más prioritarios.
Según la Administración Federal de Autopistas, los jóvenes entre 21 y 30 años
condujeron 12% menos en 2009 que sus homólogos en 1995.
También se emitieron menos licencias, de acuerdo con el Departamento de
Transporte. Mientras la mitad de los adolescentes de 16 años tenía licencia en
1978, en 2008 la cifra era del 31%. La cifra de personas de 19 años o menos con
licencia también decreció cuando se compara el mismo periodo.
"Entre quienes llegaron a la mayoría de edad en los años 50 o 60, comprar un
carro era muy importante. Era el rito de iniciación en la vida adulta, el icono
de la libertad y la independencia", le dice a BBC Mundo Sheryl Connelly, la
directora de tendencias globales y pronósticos de Ford.
"Pero el carro ya no es más ese rito de iniciación", dice.
¿A qué se debe el cambio?
En décadas anteriores, el joven con el carro más "cool" era el más
envidiado.
Connelly explica que el nuevo símbolo de independencia, la compra icónica, ya
no es el auto sino el celular. Y con él compiten las tabletas, las consolas y
los portátiles.
"Estos dispositivos manuales literalmente trascienden el tiempo y el espacio.
El uso del celular, los mensajes de texto, Skype, Twitter y Facebook han
permitido que las personas se sientan virtualmente juntas así estén físicamente
separadas", dice.
En una encuesta de la compañía de investigación tecnológica Gartner, el 46%
de los encuestados entre 18 y 24 años dijo que prefería tener acceso a internet
a un carro propio. El porcentaje es de 15% cuando se les preguntó a quienes
crecieron en los años 50 y 60, considerada la época dorada del automovilismo
estadounidense.
Pero la tecnología no es la única razón.
Por un lado, los jóvenes tienden a vivir en ciudades grandes, donde puede
haber más facilidades de transporte y opciones alternativas. Por ejemplo, en
algunas ciudades se ofrecen autos para compartir y bicicletas en alquiler.
Por otro lado, los requerimientos para adquirir una licencia se han vuelto
más difíciles y se introdujo la licencia gradual, que obliga a los más jóvenes a
ir acompañados de un conductor de 21 años o más durante un tiempo hasta que
adquieran experiencia al volante.
Kyle Lewis participó en un concurso de la ciudad de Arlington para dejar el
carro. Ahora tiene un blog donde explica cómo es vivir en Estados Unidos sin
automóvil.
Un clic informe de febrero de 2012 del centro de investigación Pew explica
que los jóvenes adultos, más que otros grupos poblacionales, están teniendo más
problemas en la economía actual.
El porcentaje de adultos entre 18 y 24 que están empleados es el más bajo
desde cuando el gobierno comenzó a hacer mediciones, en 1948. Además, sus
salarios semanales se han reducido más que el de los otros grupos en los últimos
cinco años.
El panorama se complica cuando además se tiene en cuenta que muchos jóvenes
tienen deudas desde cuando empiezan su carrera, como ocurre con los créditos
estudiantiles.
Esta situación económica, según Pew, afecta tanto sus vidas diarias como sus
planes a futuro. No es un secreto que tener un automóvil genera gastos desde el
seguro, que habitualmente es más costoso para los jóvenes, hasta la gasolina,
que ya ronda los US$4 por galón.
En ese sentido, Roberto Ruiz estima que al no tener carro ahorra el 30% de su
salario mensual, mientras Kyle Lewis ahorra US$600 mensuales.
De hecho, algunos analistas no están muy seguros de que la reducción en el
interés automovilístico de los jóvenes sea una tendencia, y más bien creen que
es un resultado de las dificultades económicas.
Una alternativa a tener carro propio son los autos para compartir, llamados
Zipcar, que están disponibles en algunas ciudades.
"Esto simplemente puede ser un reflejo de la mala época económica y de la
inhabilidad de los jóvenes para adquirir un carro", comentó a BBC Mundo JH
Crawford, un escritor y activista de las ciudades libres de automóviles.
"Quisiera creer que hay un sustento filosófico, pero no quisiera decir que
esa es la verdad".
Lo cierto es que estas tendencias han obligado a algunas casas automotrices a
reaccionar. Y lo han hecho tratando de hablar el lenguaje de muchos jóvenes.
Gartner predice que en 2016, la mayoría de consumidores en mercados maduros
considerará la posibilidad de acceder a internet desde sus vehículos como un
criterio clave en la compra de un auto nuevo.
Por ello, la empresa recomienda a las casas automotrices que consideren la
posibilidad de reforzar los vínculos con compañías como Apple, así en el proceso
puedan poner en riesgo su propio ecosistema de aplicaciones.
En ese sentido, General Motors recientemente se asoció con MTV Scratch, una
división de Viacom que hace consultoría con empresas, para mejorar los vínculos
con sus eventuales consumidores jóvenes.
La idea es modificar elementos desde el tablero de mando hasta el color de
los autos, para incluir tonalidades como "rosa tecno" o "denim".
Ford, por su parte, tiene en marcha un sistema de entretenimiento por comando
de voz y otro, fabricado con Microsoft, que sincroniza todos los dispositivos en
los autos.
Pero estas innovaciones no atraen a todos.
Roberto Ruiz dice que antes de comprar un auto tiene planes para comprarse un
apartamento, mientras Kyle Lewis dice que su vida no ha cambiado desde que dejó
de manejar.
"Si algo, no tener un carro me ha permitido ver mucho más la luz del
día.