“Hasta ese momento, no estaba convencido de que había llegado a Grandes Ligas”, reveló el Era el Día Inaugural en Montreal en el 2002, fecha que representó un hito importante en su carrera. Después de 16 años en ligas menores, Acta por primera vez vestía un uniforme de Grandes Ligas.
Acta había sido contratado para formar parte del cuerpo de coaches de Frank Robinson al principio de los entrenamientos, y aunque no era la trayectoria que había imaginado, ese día se sintió muy bien recompensado.
Diez años después, Acta es uno de los dirigentes jóvenes más respetados del béisbol. A sus 43 años de edad, se encuentra en su tercera temporada como capataz de los Indios de Cleveland.
A veces el camino arduo es el más gratificante. Acta llegó a Estados Unidos en 1986 tras firmar con los Astros en la República Dominicana. Tenía 17 años de edad y no hablaba inglés.
Pero tenía sueños. Quería mantener a su familia y triunfar en grande. Conocía a ligamayoristas dominicanos, como Tony Fernández y George Bell, y pretendía seguirles los pasos.
A finales de esa campaña, algo increíble había sucedido. Cuando un ejecutivo de los Astros se reunió con los novatos del club, éste le pidió a Acta que levantara la mano. Dan O'Brien lo felicitó por haber aprendido inglés más rápido que cualquier otro jugador de liga menor que había conocido.
¿Cómo lo hizo?
“No estoy diciendo que lo hablara muy bien”, dijo Acta. “Me podía comunicar. Hablando con Tony Fernández cuando joven, aprendí que tenía que adaptarme. Recuerdo que cargaba un libro titulado ‘Basic English’. Era muy vergonzoso no entender ni una palabra de lo que se decía en las reuniones.
“Veía televisión y escuchaba a mis compañeros angloparlantes. Tomaba las cosas un día a la vez. Ahora (MLB) hace un buen trabajo de enseñar inglés en sus academias en la República Dominicana. En aquel entonces, eso no existía. Pasabas vergüenza si alguien te decía que fueras a la derecha e ibas por la izquierda por no entender. Presumían que no éramos lo suficientemente inteligentes. Teníamos la mala costumbre de responder ‘Yes, yes, yes’ a todo lo que nos decían. Nos daba vergüenza reconocer que no entendíamos”.
Acta no tenía forma de saberlo en aquel entonces, pero la impresión que dejó luego le permitiría estar en Montreal aquel día en el 2002.
“Cuando llegué a los Estados Unidos, veía a los jugadores estadounidenses como enemigos”, dijo Acta.
La frase
Manny Acta
Veía televisión y escuchaba a mis compañeros angloparlantes. Tomaba las cosas un día a la vez. Ahora (MLB) hace un buen trabajo de enseñar inglés en sus academias en la República Dominicana. En aquel entonces, eso no existía. Pasabas vergüenza si alguien te decía que fueras a la derecha e ibas por la izquierda por no entender lo que decían”.
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