“Me siento gratificado”

Bladimir Abud,  director de “La lucha de Ana” seguirá con el tema social,  porque “el cineasta  además de hacer arte tiene que ser cómplice de los cambios de la sociedad y atacar esos males, que en el país hay muchos, como racismo, grupismo y clasismo, entre otros”, dijo.
Aunque no quiere hablar  de su nuevo proyecto, adelanta que continuará con la temática social, pero ahora con una comedia.
La película “La lucha de Ana”, que participará  en la décimo tercera edición del New York International Latino Film Festival de HBO, del 13 al 19 del mes en curso, ha dado muchas gratificaciones a su director Bladimir Abud.
Con tres meses en cartelera, exhibiéndose en el Palacio del Cine de la avenida Venezuela, Abud señala que el filme ha sido una sorpresa, aunque estaba claro que no era “filón para hacer dinero”,  sino  para participar en festivales. Sin embargo, pese a los vaticinios de expertos que decían que no duraría en cartelera una semana, porque no era a lo que estaba habituado el público, ha sido una sorpresa para todos. Pese al éxito obtenido con su Opera Prima (primera película en el argot cinematográfico), Abud entiende que le falta mucho camino por recorrer como realizador. Sostuvo que de  20 festivales, entre ellos de Atenas, La India, Miami y Boston le han llamado para invitarle a participar con la “La lucha de Ana”. “Los críticos dicen que la película inicia un movimiento en el cine local, que se aleja de los parámetros hollywoodenses, busca la estética, planteando un tema universal que se ve  a diario, con una estética neo realista coherente”, subrayó.
El cineasta señala que en la película destaca el barrio, el mercado, la gente de clase baja que sufre y muere en una sociedad que a veces le da la espalda.
Un Apunte
Rey de Cine
Bladimir Abud afirma que el cine criollo avanza y que la Ley de cine le ha dado un espaldarazo, aunque todavía quedan temas pendientes. Sostuvo que hay que reforzar las áreas débiles a nivel artístico y  técnico, antes de hacer 10 ó 15  películas al año.  En un futuro, de cinco a  10 años, el joven cineasta se visualiza compitiendo con películas internacionales, pero advierte que antes debe mejorar, corregir errores y perfeccionar el arte para hacerlo.