Embajador de Israel
Los
recientes actos por unos países latinoamericanos de reconocer oficialmente un
estado de Palestina dentro de las lineas (que nunca fueran reconocidas como
“fronteras”) del 1967, no tienen otro significado que una expresión política de
opinión. Además, este reconocimiento – sin acuerdo de paz -es contraproducente,
y es un obstáculo para las negociaciones de paz. Los esfuerzos incesantes por
los dirigentes de la Autoridad Palestina con los estados para alcanzar un
reconocimiento de estadidad unilateral entre las líneas del 1967 está en
contravención de las resoluciones de la ONU, que exigen una solución a través de
un proceso de negociación directa, libre y aceptada entre las partes, incluso
sobre el tema de las fronteras. Peor aun, estos esfuerzos, que circunvalen el
proceso de negociación testigado y garantizado por la comunidad internacional,
van en contra a los compromisos palestinos en sus acuerdos con Israel que sirven
como base y fundamento para el proceso de paz. Cabe recordar que los varios
acuerdos entre la OLP e Israel, suscriptos desde el comienzo del proceso de paz
en 1993, confirman la intención y el compromiso de las partes a negociar
fronteras permanentes. En ninguna etapa de las negociaciones hubo jamás una
determinación de la frontera futura como una línea basada en “las fronteras del
67”. Mas importante, la propia Autoridad Palestina ya ha aceptado el principio
de intercambio de territorios según el cual a cambio de un determinado
porcentaje de Cisjordania que Israel dejaría en sus manos en el marco de un
acuerdo para no tener que desmantelar el grueso de los asentamientos, entregaría
a los palestinos un territorio de iguales dimensiones de su propio territorio
soberano. Ademas de lo anterior, parece que los dirigentes palestinos, por su
propia mano, socavan y perjudican a cualquier ambiente razonable de negociación
o de bona fides entre partes que buscan establecer relaciones pacíficas entre
ellas. Esto lo hacen a través de una serie de acciones ofensivas, tales como las
declaraciones hostiles de sus principales negociadores, tanto en relación con la
población interna palestina y vis-á-vis la comunidad internacional; abierto
estímulo y iniciación de procedimientos judiciales en tribunales internacionales
y nacionales extranjeros contra líderes y funcionarios israelies, y otras
actividades en estados extranjeros destinados a socavar el estado de Israel;
intentos de utilizar y abusar de la comunidad internacional para poner en
cuestion el patrimonio nacional y histórico del pueblo judío; y diaria
incitación oficial en las escuelas, las universidades, y en los medios de
comunicación palestinos.
Estas acciones, combinadas con la insistencia continua palestina de no
reconocer el derecho de Israel a existir como estado judío - o sea, de negar al
pueblo judío un derecho reconocido desde hace tiempo por la comunidad
internacional, mientras paradojicamente, apuntan de lograr el mismo derecho para
ellos mismos - y mientras se siguen negando de abandonar su exigencia de que
Israel permita el ingreso de más de 3 millones de descendientes de refugiados
palestinos, lo que implicaría el aniquilamiento de Israel por la vía
demográfica, son las verdaderas amenazas a un exitoso proceso de paz entre los
dos pueblos.
En un momento que los palestinos se niegan a volver a la mesa de
negociaciones, un reconocimiento de un estado entre determinadas lineas los
alentaría a no reanudar ningún tipo de negociación. Decir, como algunos
gobiernos latinoamericanos ya han sugerido, que el reconocimiento da al
proceso de paz un impulso, no sólo esta lo más lejano de la verdad, sino que
simplemente es un insulto, por lo menos al sentido común, si no a la
inteligencia de los israelíes. Por lo tanto, si la comunidad internacional está
interesada en adelantar el proceso de paz, ya es hora de que ella inicie poner
preguntas difíciles a los palestinos con respeto a sus acciones
controvertidas.
La mayoría de los israelíes acepta dos Estados
Por lo tanto, si la comunidad internacional está interesada en adelantar el
proceso de paz, ya es hora de que ella inicie poner preguntas difíciles a los
palestinos con respeto a sus acciones controvertidas. La gran mayoría de los
israelíes, así como una secuencia de gobiernos, ya han aceptado la solución de
dos estados, por tanto han escogido renunciar a un sueño inalcanzable a favor de
un futuro potencialmente mejor. ¿Es el liderazgo palestino capaz y dispuesto a
dejar de estar desconectado de la realidad, a hacer lo mismo?
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