Siria, Jordania, Marruecos, Túnez
ahora Egipto han desatado una corriente de protestas políticas y sociales en
Medio Oriente que se vuelven inmanejables, región que Estados Unidos viene
cuidando como un tesoro desde antes y con mayor esmero luego de la crisis con
Irán y la invasión a Irak, por ser la principal fuente de petróleo del mundo.
En 1981 fue muerto a tiros el presidente egipcio Anwar el Sadat asumiendo el
poder su vicepresidente Hosni Mubarak, quien ha tenido durante 30 años apoyo
incondicional de Norteamérica, por ser muro de contención en las luchas árabe e
israelí.
El pueblo se cansó de Mubarak dada su pobreza y atraso, amén de sus servicios
a los norteamericanos.
Para paliar la situación escogió antier a Omar Suleiman, jefe de seguridad de
su Gobierno, como Vicepresidente, y a Ahmed Shafiq, ex jefe de la Fuerza Aérea,
como primer ministro, luego de la forzada renuncia de su gabinete, ambos, igual
que Mubarak ex altos jefe militares. Al repudiarlo el pueblo ha buscado apoyo
en las armas, tendencia de los dictadores.
En Túnez estalló hace unas semanas otra grave crisis derrocando a su
presidente. Esos gobernantes en medio de su inmensa riqueza petrolera viven como
sus Faraones, de espalda a las demandas de justicia social provocando
movimientos que hoy son explosivos e incontenibles.
Todo comenzó convocando a los jóvenes a través de los modernos medios de
comunicación masiva como Facebook, Twiter, Internet y otras redes sociales a
todo un pueblo, último método utilizado para protesta y convocarlas. Ya no hay
que lanzar panfletos ni comunicados de prensa de partidos opositores.
Esta crisis provocada por el desempleo la juventud no la tolera, cuando
contempla que la globalización de la economía solo fortalece los grandes centros
de poder económico concentrados en las reducidas potencias que dominan el mundo,
erosionadas en su periferia al actuar sin sentido de justicia y equidad.
40% de los 83 millones de egipcios viven con menos de dos dólares al día. El
alza de los alimentos fue de un 17% el año pasado. Recibe apenas US$1,500
millones en ayudas.
Más oportuna no pudo ser esta explosión con Davos “analizando” la economía
para que vean de cerca la realidad.
Egipto con sus Pirámides y Museos de siglos guardando recuerdos de la
Creación ha comenzado a destruirse. Las urgencias de trabajo, educación, salud y
comida ha desbordado la paciencia de las nuevas generaciones. Casi un siglo de
prepotencia política impuesta por tres o cuatro regímenes al estilo Mubarak está
al borde de convertirse en historia. La onda expansiva del levantamiento de
Túnez sigue haciendo estragos en la zona. Las protestas vienen de jóvenes
nacidos durante el régimen de Mubarak cansados de su Gobierno y vida lujosa de
sus funcionarios.
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