Obama, recibe este miércoles a su homólogo chino Hu Jintao con todos los honores
en una histórica visita de Estado que no conseguirá ocultar sin embargo las
profundas diferencias entre ambas potencias.
Hu asistirá a una ceremonia militar de bienvenida por todo lo alto en la
Casa Blanca, para luego mantener de nuevo una conversación con Obama -ya cenaron
en forma privada el martes- en el Despacho Oval, brindar una conferencia de
prensa y asistir a una suntuosa cena de Estado, la tercera que Obama da a un
mandatario extranjero en dos años de presidencia.
Más allá de la solemnidad de la ocasión, ambos mandatarios tienen una
cargada agenda de desacuerdos, desde los derechos humanos en China hasta la
cotización del yuan, pasando por la rivalidad militar principalmente en el
Pacífico o la política a seguir ante Corea del Norte.
La llegada de Hu puede representar también el inicio de un giro en las
relaciones entre ambas potencias, puesto que es su última visita a Estados
Unidos antes de que se inicie una transición política en China que culminará con
la elección de un nuevo líder en 2013.
Obama sólo puede exhibir durante las conversaciones una pobre recuperación
económica, mientras que Hu llegó aupado por un crecimiento imparable, que está
extendiendo el poder chino por todo el mundo.
La Casa Blanca ha planeado minuciosamente la visita, sin esquivar las
áreas de desacuerdo pero al mismo tiempo dispuesta a señalar un horizonte
cargado de posibilidades para ambas potencias.
Ello no excluye las protestas de activistas críticos con el férreo régimen
chino, que ya se iniciaron ante la Casa Blanca en la noche del martes.
"Paren las matanzas, liberen al Tibet", corearon decenas de militantes por
los derechos humanos.
"Continuaremos manteniendo conversaciones difíciles, pero necesarias con
China", aseguró el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, el martes.
"Para progresar en algunos asuntos ambos países han tenido que trabajar
juntos, a pesar de que subsisten las diferencias en temas como el crecimiento
económico continuo y los derechos humanos", explicó.
El tema de los derechos humanos es especialmente delicado porque el
sucesor de Obama como Premio Nobel de la Paz, el chino Liu Xiaobo, que recibió
el galardón el año pasado, es un opositor encarcelado por haber exigido reformas
democráticas.
Diferencias
La prensa ha destacado la cordialidad con la que ha sido recibido el
presidente de China en Estados Unidos, a pesar de las profundas diferencias que
sobre todo en manteria económica mantienen esos dos países.fuene: el nacional.com.do
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos alegra que nos visites gracias Gracias, por sus comentarios