Berlusconi hizo estas declaraciones una vez concluida la sesión a puerta cerrada de hoy, a su salida del Tribunal de Milán, a la que acudió como había prometido y en la que supone la primera comparecencia del jefe del Gobierno italiano ante un juez desde 2003.
El mandatario, que en este caso es investigado por un supuesto caso de fraude fiscal y apropiación indebida, fue acogido a su salida por numerosos seguidores que vitorearon su nombre en señal de apoyo y a los que el político conservador agradeció sus muestras de cariño desde el estribo de su coche, que paró en medio de la multitud.
Ante el Tribunal también se concentraron algunos detractores del primer ministro, que antes de su salida mantuvieron acaloradas discusiones con sus seguidores, pidieron su dimisión y gritaron "vergüenza" al paso del mandatario, informaron los medios italianos.
Preguntado por si cree que el proceso Ruby, cuyo juicio comenzará a partir del próximo 6 de abril y por el que está imputado por inducción a la prostitución de menores y abuso de poder, podría dañarle, Berlusconi respondió: "Éste es otro proceso".
Según los medios de comunicación, el presidente no hizo ninguna declaración en la sesión de hoy que era de carácter técnico y duró poco más de una hora. Las próximas sesiones de la audiencia preliminar, al término de la cual la jueza Maria Vicidomini deberá decidir si envía a juicio a Berlusconi o archiva el caso, se fijaron para el próximo 4 de abril, el 2 y el 30 de mayo.
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