apasionado la intervención militar aliada en Libia, que consideró una necesidad
tanto moral como estratégica, y buscó subrayar que no se repetirá un nuevo Irak.
Obama pronunció un discurso ante un público integrado por militares.
SIRTE
AFP. Las tropas leales al coronel Muamar Gadafi detuvieron
ayer el avance de los rebeldes a algunas decenas de kilómetros al este de Sirte,
la ciudad natal del líder libio, que había sido bombardeada el domingo por la
coalición, ahora bajo comandancia de la OTAN.
En el plano político, el gobierno de Qatar reconoció el lunes al Consejo
Nacional de Transición (CNT), órgano de dirección de la rebelión contra el
régimen de Gadafi, anunció el lunes la agencia oficial QNA.
Se trata del primer país árabe en reconocer ese órgano, integrado por 31
representantes de las principales ciudades libias.
Por su parte el presidente francés Nicolas Sarkozy y el primer ministro
británico David Cameron manifestaron también su apoyo político a la rebelión en
vísperas de la reunión en Londres del grupo de contacto sobre Libia.
"Gadafi debe partir inmediatamente", estimaron, haciendo un llamamiento
conjunto al CNT para que instaure "un diálogo político nacional" con el fin de
"organizar la transición en Libia".
El presidente estadounidense Barack Obama, el primer ministro británico David
Cameron, la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Nicolas
Sarkozy discutieron ayer por videoconferencia sobre la situación en Libia,
informó la presidencia francesa.
Por su parte el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, se ofreció a
mediar entre Gadafi y la rebelión para evitar que Libia se transforme en un
"segundo Irak" u "otro Afganistán".
Ankara prevé encargarse de la administración del aeropuerto de Bengasi
(este), en manos de los rebeldes, para facilitar el transporte de ayuda
humanitaria a ese país. Un partidario de Gadafi confirmó el lunes a periodistas
invitados por las autoridades a ir a Sirte que ningún rebelde se acercaba a la
ciudad. Y un militar indicó que "partía al frente de Ben Jawad", a 140
kilómetros de Sirte.
El domingo, los rebeldes habían tomado la localidad de Ben Jawad.
Obama defiende guerra contra Gadafi
Washington. EFE. El presidente de Estados Unidos, Barack
Obama, defendió ayer de modo apasionado la intervención militar aliada en
Libia, que consideró una necesidad tanto moral como estratégica, y buscó
subrayar que no se repetirá un nuevo Irak. En un discurso en la Universidad
Nacional de Defensa, en las afueras de Washington, el presidente buscó dar
explicaciones a un pueblo estadounidense confuso y poco interesado, según las
encuestas, en una nueva operación militar, la primera guerra que lanza Obama.
Frente a una audiencia castrense que permaneció silenciosa durante un discurso
de 27 minutos, y ante un decorado de banderas de EE.UU., Obama defendió la
urgencia moral de una intervención que ha salvado “numerosas vidas” y ha
“conseguido detener el avance mortal" de las tropas del líder libio, Gadafi.
Mantenerse al margen, sostuvo, “hubiera acarreado un gran precio" y “hubiera
traicionado lo que somos”, en momentos en los que Gadafi amenazaba con entrar a
sangre y fuego en los últimos reductos rebeldes. “Algunos países pueden ser
capaces de hacer la vista gorda ante las atrocidades en otras naciones. Estados
Unidos es diferente, y como presidente rechacé esperar a ver las imágenes de
matanzas y de fosas comunes antes de tomar medidas”, subrayó.
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