Duvalier fue dado de alta ayer de un hospital en la capital del país, donde fue
examinado y atendido tras quejarse de dolores en el pecho. Duvalier, conocido
como “Baby Doc”, salió con paso vacilante por una puerta trasera del Hospital
Canape Vert.
Con traje azul oscuro, saludó a distancia y estrechó las manos de varias
decenas de bulliciosos simpatizantes, en su mayoría ancianos que sirvieron en
las fuerzas armadas o en el gobierno del otrora “presidente vitalicio” de Haití,
país sumido en la pobreza. “Desde que Jean-Claude Duvalier se fue, el país ha
perdido sus valores”, dijo Wilson Alba, de 58 años, quien lo saludó mientras
“Baby Doc” era escoltado por policías hacia un vehículo que lo esperaba. El ex
dictador, de 59 años, ingresó al hospital el miércoles por dolores en el pecho.
Varios amigos y allegados a su familia se negaron a mencionar detalles sobre
la salud de Duvalier. “Le practicaron todo tipo de pruebas ayer (lunes) y está
bien”, dijo un amigo de la familia, Enzo Alcindor. Con la escolta policial,
Duvalier regresó a la villa, en una colina que domina a la capital haitiana,
donde vive en arresto domiciliario mientras es investigado por cargos penales
como corrupción y abusos a los derechos humanos durante su gobierno de 1971 a
1986. En enero retornó sorpresivamente a Haití 25 años después de que escapó
al exilio por un levantamiento popular contra su régimen, considerado brutal y
corrupto. El lunes, las autoridades haitianas comunicaron a la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos en Washington que necesitaban ayuda para
procesar a Duvalier por supuestos abusos durante su mandato.
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