continente americano: 200 millones de litros de material radioactivo residual de
la fabricación de bombas de plutonio. Según las autoridades, el lugar es seguro,
pero el accidente nuclear japonés reactivó la inquietud de los vecinos de la
zona.
Más de 20 años después de su cierre, doce mil personas siguen trabajando
todavía en la reserva de Hanford con el único fin de asegurar la limpieza de
esta instalación que data de la segunda guerra mundial. De esta fábrica, situada
en el estado de Washington (noroeste de Estados Unidos), salió la bomba lanzada
sobre Nagasaki en 1945.
Sesenta y cinco años después, este extenso lugar sigue almacenando bajo
tierra 177 barriles de hormigón rellenos de material radioactivo. Tom Carpenter,
del movimiento ecologista Hanford Challenge, teme el impacto que una catástrofe
natural podría tener en esta zona amenazada por los temblores de tierra y en la
que también hay instalada una central nuclear en actividad.
Carpenter teme también que grupos terroristas o personas desquiciadas metan
mano a los residuos.
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