Un análisis de la Associated Press sobre algunos de los centenares de contactos diplomáticos estadounidenses considerados especialmente delicados encontró a mucha gente que no tiene ningún problema de que se conozca su nombre o incluso sorprendida de que su información fuese valorada en tan alto grado.
Funcionarios estadounidenses aseguran que han tenido que reubicar a unas cuantas personas para garantizar su seguridad, pero no han dado ningún detalle. La cuestión de si las advertencias alarmantes de Estados Unidos son fundamentadas o exageradas vuelve al tapete después que WikiLeaks, de Julian Assange, difundió recientemente todos los más de 250,000 memos en su haber. Los nombres de las personas que suministraron información a diplomáticos estadounidenses en el mundo no fueron tachados. El encuentro de la diplomática italiana Federica Ferrari con diplomáticos estadounidenses en Roma hace siete años dista de parecerse a una novela de espionaje tipo James Bond o una narración de la Guerra Fría de una informante temeraria que comparte sus secretos. Por eso le sorprendió oír que en uno de los cables del Departamento de Estado difundidos por WikiLeaks se la consideraba una fuente tan delicada que se aconsejó a los funcionarios estadounidenses no repetir su nombre.
Las claves
Diálogos revelados, incluido informantes
Decenas de miles de diálogos confidenciales fueron revelados, inicialmente con la cooperación de un grupo selecto de periódicos y revistas que tachaban algunos nombres e informaciones antes de publicar los documentos. Los cables más recientes fueron publicados completos, sin borrar ningún nombre.
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