Según un comunicado enviado a la BBC, Facebook asegura que no se trató de una falla de seguridad, ni tampoco una estratagema de parte de la compañía para hacerse con la información del usuario para su beneficio, simplemente era el almacenamiento de datos en las cookies, proceso normal de toda página web, pero con aquella pequeña deficiencia.
Aseguran también que las tres cookies causantes del problema, no almacenaban los identificadores de los usuarios deslogueados, por tal motivo, no había forma de utilizar la información del usuario para propósitos de rastreo, ni otros que favorezcan a la red social de Zuckerberg. La configuración de las cookies en mención ya fue cambiada, por lo que ya no hay peligro de que Facebook meta las narices donde no los llaman. Vuelve la relativa calma al mundo social por internet; por lo menos de momento.
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