"Yo les ruego (a los médicos) cada día, no sé cómo pedirles que me duerman para poder estar en paz", aseguró Melina González, de 19 años, en una entrevista que publica hoy el diario bonaerense Página/12.
"No es digno vivir así: tengo paralizado todo el cuerpo y lo poco que siento me duele", se lamentó la joven, que pesa sólo 18 kilos, y permanece postrada desde hace meses en el hospital público Garraham de Buenos Aires.
González, a quien en 2009 le extirparon un tumor maligno, padece desde su infancia una neurofibromatosis tipo uno, una enfermedad degenerativa del sistema nervioso, además de una severa afección que le ha deformado la columna vertebral.
El tribunal de ética médica del sanatorio rechazó a comienzos de mes una petición de González para que se le suministren los sedantes que sean necesarios para permanecer inconsciente hasta la muerte por considerar que la enfermedad que padece no es terminal.
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