extraditado a Suecia, país que lo reclama por cuatro presuntos delitos de
agresión sexual, según el fallo emitido este jueves por un juez británico en el
tribunal de Belmarsh, a las afueras de Londres.
Los abogados del australiano de 39 años anunciaron inmediatamente su
intención de apelar esta decisión, por lo que el caso podría prolongarse todavía
varios meses.
"Debo ordenar que el señor Assange sea extraditado a Suecia", declaró el juez
Howard Riddle al anunciar su veredicto.
Assange, vestido con traje azul marino, camisa blanca y corbata roja, escuchó
la decisión con expresión pétrea, mirando fijamente al centro.
"Vamos a apelar", respondió Geoffrey Robertson, uno de los miembros de su
defensa, que ya habían anunciado su intención de agotar todos los recursos
disponibles para evitar la extradición de su cliente, al estimar que éste no
sería sometido a un juicio justo en Suecia.
El recurso de apelación será presentado en la Alta Corte de Londres en el
plazo legal de siete días. A la salida del tribunal, otro de sus abogados,
Mark Stephens, dijo ser "optimista sobre nuestras posibilidades en apelación",
recordando que Assange por el momento no ha sido acusado formalmente de nada.
El creador de WikiLeaks niega haber cometido las agresiones sexuales
-incluida una violación- denunciadas por dos mujeres suecas, aunque admite haber
mantenido relaciones consentidas con ambas durante una estancia en Estocolmo en
agosto pasado.
Assange y sus abogados sostienen que el caso responde a motivaciones
políticas tras la difusión en WikiLeaks y en varios diarios de prestigio mundial
de miles de cables confidenciales de la diplomacia norteamericana y documentos
secretos sobre las guerras de Irak y de Afganistán.
Durante la vista de tres días celebrada a principios de febrero, los abogados
de Assange trataron de demostrar que su cliente no sería sometido a un juicio
justo en Suecia, donde según ellos unas declaraciones del primer ministro
Fredrik Reinfeldt lo convirtieron en el "enemigo público número uno".
Reinfeldt lamentó en aquellos días que "los derechos de las mujeres y sus
puntos de vista reciban tan poca atención cuando se trata de este tipo de
cuestiones".
El juez Riddle consideró sin embargo este jueves "altamente improbable que
cualquier comentario fuera hecho con la intención de interferir en el camino de
la justicia".
"Estoy seguro de que no tendrán ningún impacto en las decisiones de la
justicia, aquí o en Suecia", agregó el magistrado.
En previsión de una eventual extradición, el gobierno de Australia pidió
recientemente a su homólogo sueco que garantice un juicio justo a Assange.
Unos 20 partidarios del fundador de WikiLeaks se congregaron este jueves
frente al tribunal, unos con pancartas que rezaban "mantengan libre la
libertad", otros vestidos con un mono naranja como el que visten los presos de
Guantánamo, donde los abogados de Assange temen que su cliente termine un día.
La justicia estadounidense estudia desde hace meses la manera de acusarlo
formalmente, pero por el momento tampoco ha formulado ningún cargo contra él.
Assange, que fue arrestado el 7 de diciembre en Gran Bretaña en cumplimiento de
una euroorden de captura emitida por Suecia, se encuentra desde el 16 de ese mes
en libertad condicional bajo fianza y vive prácticamente recluido en la mansión
de un amigo situada a unos 200 km al este de Londres.
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