la televisión, aplastar las protestas que desde hace una semana exigen su
salida del poder, purgando "casa por casa". Mientras, por lo menos ocho de sus
embajadores renunciaron descontentos con las medidas anunciadas, rechazadas por
varios países.
TRÍPOLI. AFP. El número uno libio Muamar Kadhafi ordenó
ayer a sus fuerzas de seguridad aplastar las protestas que desde hace una semana
exigen su salida del poder, purgando "casa por casa".
Kadhafi, de 68 años, en el poder desde 1969, advirtió que los manifestantes
armados serán ejecutados y llamó a sus partidarios a manifestarse el miércoles,
prosiguiendo la contraofensiva para salvar a su "Jamahiriya" (República de
Masas) Árabe Popular y Socialista. "Lucharé hasta la última gota de mi
sangre", proclamó el "Guía de la Revolución". "Muamar Kadhafi no tiene un
cargo oficial del que pueda dimitir. Muamar Kadhafi es el Guía de la revolución
(...). Este es mi país, el de mis padres y el de mis antepasados", declaró.
Amenazó además con "purgar Libia casa por casa" y llamó a sus seguidores a
"capturar a las ratas".
Se une al pueblo.- El ministro libio del Interior, Abdel Fatah Yunes,
declaró su adhesión a la causa del pueblo, según imágenes difundidas el martes
por la noche por la cadena satelital qatarí Al Jazeera. "Anuncio mi renuncia a
todas mis funciones en respuesta a la revolución", declaró el ministro vestido
con uniforme militar, sentado en su oficina, en imágenes difundidas por la
cadena. "Llamo a todas las fuerzas armadas a responder también a las demandas
del pueblo en solidaridad con la revolución", añadió.
300 muertos.- Según datos presentados el martes por la noche por Saif al
Islam, hijo del líder libio Muamar Kadhafi, los actos de violencia dejaron 300
muertos -242 civiles y 58 militares.
Se trata de las primeras cifras oficiales sobre las víctimas de la rebelión
popular iniciada hace una semana. La Liga Árabe, que también convocó un
cónclave de emergencia en El Cairo, decidió excluir a Libia de sus reuniones,
indicó un comunicado.
La jefa de la diplomacia estadounidense, Hillary Clinton, calificó de
"completamente inaceptable" la violencia en Libia. La Organización de la
Conferencia Islámica (OCI) denunció "una catástrofe humana contraria a los
valores del islam". La rebelión llegó el domingo a la capital, con el saqueo
de medios de comunicación estatales. Residentes en Trípoli denunciaron una
"masacre" en los barrios de Tayura y Fashlum.
Según reportes de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), los
manifestantes controlan varias ciudades, entre ellas Benghazi (la segunda del
país), Syrta y Tobruk (todas en el este), así como Misrata, Joms, Tarhuná,
Zenten, Al Zawiya y Zuara, cerca de la capital.
Ola de renuncias.- Por lo menos ocho embajadores libios y otros
diplomáticos de alto nivel han renunciado en las últimas horas disconformes con
la represión de las protestas populares contra el régimen de Kadhafi, informó
la cadena catarí de televisión Al Yazira. Los diplomáticos que han dejado sus
puestos son los jefes de las misiones libias en Estados Unidos, Polonia, India,
Indonesia, Australia, Malasia, Bangladesh y el embajador ante la Liga Árabe, con
sede en la capital egipcia.
También han presentado su renuncia el “número dos” de Libia ante la ONU y
otro diplomático de alto rango acreditado ante el Gobierno de Pekín. La cadena
entrevistó a uno de ellos, el embajador libio en la India, Ali el Essawi, quien
denunció que Trípoli “está ocupada por mercenarios”.
Consejo ONU condena acción de líder libio
Naciones Unidas. EFE. El Consejo de Seguridad de la ONU
condenó ayer los actos de violencia contra la población libia por parte del
régimen de su gobernante, Muamar Kadhafi, a quien le pidieron que asuma
responsabilidades por lo ocurrido y cumpla con la obligación de proteger a los
civiles. El máximo órgano de la ONU está muy “preocupado por la situación en
Libia y condena firmemente los actos de violencia allí ocurridos”, dijo la
presidenta de turno del Consejo, la embajadora de Brasil, Maria Luiza Ribeiro
Viotti. Los quince miembros del Consejo, que se reunieron ayer en dos
ocasiones, adoptaron por unanimidad una condena de la represión en el país
magrebí, al tiempo que instaron al Gobierno libio a poner fin inmediato a esos
actos de violencia y a respetar los derechos, así como la libertad de
información y asociación. “Es una condena firme y en la que hablamos con una
voz única”, dijo al término de la reunión del Consejo el embajador británico,
Mark Lyall Grant.
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